22 de enero de 2024
Hay una fase en los certámenes literarios que no se ve y de la que poco se sabe. Cuando se hace público un fallo, se dan a conocer al ganador del premio y al Jurado, más o menos prestigioso, que se lo ha otorgado. Yo no voy a destripar nada contando aquí que los relatos, poemas o incluso novelas que se presentan a los premios literarios suelen ser tantos que ningún Jurado sería capaz de leérselos todos para emitir un fallo en condiciones.
En la sombra suelen quedar siempre un grupo de personas, de lectores, que es el encargado de leerse todo lo que se presenta y, en una o varias fases, ir haciendo una selección previa... Es el trabajo más arduo y menos agradecido, por lo que tengo la costumbre de, si alguna vez me dan un premio (cosa que pocas veces ocurre), pedir un aplauso para esas personas que siempre andan por el patio de butacas y no en el escenario.
Todas estas reflexiones las traigo a colación porque acaban de conocerse los sesenta títulos que se han seleccionado en la primera fase del II Certamen Internacional de Cuentos y Relatos Cortos "De cap à cap". Yo no tengo voz ni voto en el mismo, pese a que su premio de narrativa en castellano lleve mi nombre; o, precisamente por eso, no he querido tener nada que ver con la elección del relato ganador... pero sí me implico en la coordinación de todo el proceso y sí que de alguna forma he tomado una decisión importante, discutida y para algunos (incluso miembros del equipo), desconcertante.
Esta decisión es la de que los lectores que se leen todos los trabajos presentados y tienen que elegir los relatos que pasarán al jurado final, no tienen ningún criterio de valoración marcado, ninguna norma por la que guiarse a la hora de puntuar; carecen de parámetros en los que fijarse y tener en cuenta.
La idea es que cada uno de los lectores utilice exclusivamente su propio criterio (hay quien no tolera las faltas ortográficas, quien pone todo el peso en un final logrado y sorprendente, quien valora más el argumento que la forma de narrarlo, quien utiliza criterios morales, quien tiene una buena formación literaria y quien es solo lector de metro o de la taza del váter...); con todo esto, lo
más lógico es que luego las puntuaciones de un mismo relato sean muy dispares y, posiblemente, solo alguna (o ninguna), sea una puntuación que se pueda considerar objetivamente "buena".
Pero la idea es que, entre los más de seiscientos relatos que se han presentado en esta ocasión, se encuentren aquellos pocos que le hayan parecido buenos a todos: al que solo lee uno por día, concienzudamente, en la mesa de su despacho... y al que, como decía antes, los ha leído sentado en la taza del váter. A quienes les ha maravillado un buen final y a quienes han puesto el acento en una narración perfecta...
Con unas normas muy precisas, la selección ya casi la estaría haciendo el que pusiera esas normas y, sin embargo, de esta manera, cualquier hallazgo es valioso... y la suma de todos ellos, enriquecedora.
Ahora que ya se ha hecho una primera selección y se han elegido, de esta manera, 60 de los 612 presentados a concurso, soy consciente de que el azar puede haber dejado fuera a relatos muy buenos; el mejor de todos los presentados puede haber caído en manos de tres lectores que, por su personal criterio, no lo hayan sabido apreciar. Es un riesgo; pero este, como otros certámenes similares, no deja de ser un concurso en el que el azar también juega (siempre cuenta el azar, mucho más de lo que parece)... por ese motivo, también se le pidió a cada lector que señalara si había encontrado, entre los que le habían caído en suerte, algún relato que considerara que debería estar dentro de la siguiente fase, aunque no hubiera alcanzado la puntuación necesaria... algunos de los lectores lo hicieron y esos relatos, que uno solo salvó, también están entre los sesenta que han pasado a la siguiente fase.
Visto así, puede que al final el relato ganador no sea el mejor de cuantos se hayan presentado (que ningún autor piense, pues, que el suyo no es bueno por el simple hecho de no haber pasado a la siguiente fase... tal vez no lo ha hecho por ser demasiado bueno); pero sí podemos estar seguros de que el premio será para una narración que consideran valiosa personas muy dispares... y cuya calidad, además, vendrá avalada por el veredicto del Jurado Final.
Y bueno, si después de leer todo esto, queréis conocer cuáles son esos sesenta relatos preseleccionados en el II Certamen Internacional de Cuentos y Relatos Cortos para optar al Premio “Ramón de Aguilar Martínez”, pinchad en este enlace.